1. Dejarlo todo para el último momento e intentar preparar un examen en uno o dos días, a base de horas restadas al sueño.

2. Estudiar sin realizar pequeños descansos cada dos horas que te permitan relajar tu mente.


3. Dejarte distraer por las visitas que lleguen a tu casa.

4. Contestar al teléfono mientras estudias. Pedile a tu familia que te guarde los mensajes y, cuando terminés, devolve las llamadas.
5. Imponete un día a la semana para expansionarte (hace lo que más te guste: anda al cine...) y concentrá en él tus citas. (sábado o domingo)


6. No rompas tu disciplina diaria de estudio dejándote convencer por los amigos.
